Artistas mexicanos emergentes usan lugares alternativos como aparadores.
En una tarde nublada, el artista plástico Enrique Pichardo disfruta de una bebida dentro de una cafetería de nombre “Café Negrito”, enmarcada por la vida diaria de los habitantes de la colonia San Pedro de los Pinos. Ubicado al sur de la Ciudad de México, las paredes de este lugar se encuentran tapizadas de obras de arte, mismas que corresponden a diferentes artistas mexicanos emergentes. Pichardo mira a su alrededor mientras platica de la naturaleza de la cafetería que nos alberga: “Se trata de quitar ese paradigma de que solo teniendo mucho dinero o teniendo una super casa puedes tener arte original”.
Los artistas plásticos frente a la tradición de museos y galerías.
Por tradición, las obras de arte son asimiladas como una muestra inalcanzable que debe preservarse en un espacio específico. Los museos y galerías se han vuelto este santuario que mantiene las obras en exhibición y sólo algunos afortunados que cuentan con un presupuesto descomunal, pueden acceder al lujo de llevárselas a casa. Este sistema dentro del circuito artístico alrededor del mundo, es el estándar al que podría acceder un artista con necesidad de exposición. Esto normalmente dejaría al margen a personajes como los artistas, pues hasta antes del Siglo XX este parecía ser el único camino para hacerse de un nombre, por lo que hablar de la vía independiente era muy complicado.
Comunidad de artistas mexicanos contra la tradición excluyente.
Aunque la base de la interacción artística sigue muy centralizada en museos y galerías, actualmente la falta de medios no es un limitante para que un producto del arte llegue a nuestros ojos, incluso la pintura se ha adaptado bien a las nuevas plataformas de exposición. Aunque no cumple con la experiencia completa, la presencia de un espacio digital donde se puede acceder a sus obras, se ha vuelto fundamental para los artistas plásticos emergentes. El problema va más allá de la simple accesibilidad, pues radica al momento de intentar convertir el arte en un elemento cotidiano. Tampoco se trata de invitar a la gente a que desprecie por completo las obras que se pueden encontrar en alguna galería o museo, se trata más bien de comprender que el arte se puede apreciar en cualquier lugar y momento.
Los minutos avanzan dentro de las instalaciones del Café Negrito, las personas atienden los asuntos de un míercoles cualquiera. Mientras todos continúan con su vida, su vista se ve adornada por cuadros de diferentes colores y texturas colgados de cada pared. Enrique Pichardo continúa con la plática sentado en un lugar cercano a una serie de cuadros blanco y negro que son de su autoría. La idea de trabajar colectivamente con otros artistas plásticos emergentes parece ser parte importante de su modo de trabajo pues después de un trago más nos cuenta que: “Hay mucho talento en México que no tiene lugares para demostrar su trabajo, entonces lugares como Café Negrito son muy íntimos y muy culturales, son lugares perfectos para reunir a la tribu…La idea es generar un movimiento que ahorita está empezando y en unos años hacer lugares de culto en el arte mexicano”…Aunque la democratización del arte poco a poco está ocurriendo, pareciera que existe una pelea entre las galerías y el acceso público. El concepto mismo de galería como lugar donde se pueden apreciar y adquirir obras no tiene que desaparecer, lo mejor sería que se revolucione volviéndose más accesible con lugares como “Café Negrito”.
https://www.youtube.com/watch?v=yCr6bmCo30o
La música independiente como guía para los artistas mexicanos emergentes.
Enrique Pichardo apunta hacia un esfuerzo colectivo en el que artistas mexicanos emergentes se apoyan entre sí para promover sus obras. Este tipo de trabajo cuenta con características similares al funcionamiento de otra de las bellas artes, la música en su faceta independiente. Decía el vocalista de The Talking Heads y músico escocés-norteamericano David Byrne, que el éxito de un proyecto musical no depende totalmente del proyecto en sí, pues también es importante pertenecer a una comunidad que converge en un espacio específico, algo que Byrne denominaba como “formar una escena”.
Los antes mencionados Talking Heads formaron parte de la una escena musical en la ciudad de Nueva York junto a otras bandas como The Ramones o Beastie Boys. Claro que para que la escena se concrete era necesario un lugar como el legendario bar CBGB, un lugar donde se iba escuchar música en vivo, muchas veces sin importar realmente quien estuviera tocando.Era preciso este pequeño bloque cultural para poder explicar el anhelo de los artistas mexicanos emergentes con Café Negrito, pues éstos pretenden generar un espacio similar a lo que significó el CBGB para el desarrolo de la escena musical en la ciudad de Nueva York.
La intimidad de la obra para los artistas mexicanos.
Aunque la conversación con Enrique Pichardo está por llegar a su fin, la afluencia del Café Negrito comienza a crecer, incluso se pueden notar algunas personas interesadas por llevarse alguna obra casa. Después de dar sus tragos finales Pichardo nos regala una conclusión personal invitando a los artistas mexicanos emergentes a buscar estos nuevos lugares y hacer del arte algo cotidiano: “Me gusta poner mi trabajo en café negrito porque de entrada es el negocio de mis cuates, entonces esto lo hace muy personal con las obras aquí pegadas mientras estás comiendo o tomando, entonces puedes acceder a estas obras de manera muy orgánica”. Si conoces algún lugar con características similares al Café Negrito alrededor de México y en mundo, compártenos el nombre y donde se encuentra en los comentarios. Por otro lado si tienes un amigo con algo que exponer y no sabe donde, pueden encontrar a Café Negrito en instagram como @café_negrito.
