Imposible no recordar a Bob Ross, su estilo de cabello, su particular forma de hablar, sus increíbles pinturas y sobre todo su impecable camisa. Más de 30 temporadas y ni una sola mancha de pintura en la camisa ¡Increíble! ¿no? Netflix lanza un documental de Bob Ross en donde quizá algunos detalles de su vida y su muerte sean revelados.
Bob Ross, fue sin duda la inspiración para muchas carreras artísticas y es que era imposible no sentirse en confianza o divertirse en cada uno de sus programas. Todos nos sentíamos capaces de poder realizar junto a él paisajes impresionantes llenos de “momentos felices”.
Inspiración en el arte
Bob Ross era un apasionado de la pintura, al estar frente al lienzo el pintor era totalmente libre de decidir qué hacer, qué plasmar, qué representar en sus óleos. Sin embargo, las personas cercanas al pintor y más aún las que sólo lo conocían a través de la televisión encuentran en Bob una figura digna de admirar. Sin duda no sólo por su talento artístico, sino por el tipo de persona que era.
En cada capítulo de sus programas de televisión se podía apreciar cómo se conducía en el lienzo con tal naturalidad. Le enseñó a más de una generación que los errores no tienen porqué ser un colapso, al contrario, cada error en el lienzo es una oportunidad para crear nuevas formas, figuras y paisajes.
Bob Ross en la escena del mundo virtual
Desafortunadamente, lo que pasa en el lienzo se queda en lienzo. Y la vida del famoso pintor aún es desconocida para muchas personas. Porque ¿Quién no querría saber un poco más de su vida entre lienzos y pinturas? Imagina conocer los detalles detrás de las pinturas de Bob Ross y su exitoso programa “The joy of painting”. Ahora con el poder de internet se pueden volver a observar casi todas las temporadas de sus show, esto hizo que nuevamente el nombre de Bob Ross apareciera en la escena del mundo del arte.
Es por ello que su hijo Steve Ross en colaboración con Netflix sacaron un documental de la trayectoria de Bob Ross así como las problemáticas de sus legado tras su lamentable fallecimiento en 1995. Además de hacer públicas las intrigas y peleas legales que hay con los ex socios. El secreto detrás de cómo mantenía sus camisas impecables en cada programa no lo sabremos. Desafortunadamente este pequeño aspecto de la vida de Bob Ross quedó fuera del nuevo documental de Netflix: “Bob Ross: Accidentes felices, traiciones y avaricia” Un título impactante sin duda.
“Bob Ross: Accidentes felices, traiciones y avaricia”
El documental trae de vuelta un poco de lo que fue la vida del pintor y como fue su ascenso en la televisión persiguiendo lo que más le gustaba hacer en la vida: pintar. En esta producción reciente de Netflix, nos podemos adentrar un poco en la vida de Bob Ross, de la boca de sus más cercanos allegados.
Sin embargo una de las cosas que más llaman la atención es la inquietante problemática que se evidenció tras los distintos testimonios de personas allegadas al pintor sobre la situación de sus últimos años y lo que pasó con su legado. En el documental se hace explícita la situación legal por la cual atraviesa su hijo Steve Ross con los ex socios de su padre Anette y Waltter Kowalsky. Cómo fue que el sueño de enseñar a pintar a miles de personas se convirtió en un monopolio comercial.
De acuerdo con las declaraciones que se pudieron recabar para realizar este documental, los últimos años en la vida de Bob Ross, estuvieron llenos de pleitos legales por los derechos de sus productos, su programa y su propio nombre. Además a casi 25 años de su fallecimiento, su hijo Steve Ross asegura no ser parte de su legado comercial, pues sus ex socios se encargaron de adueñarse de todo.
¿Recuerdas a Bob Ross y sus árboles felices? ¿Qué te parece este polémico documental? No olvides seguirnos en nuestras redes sociales y suscribirte para obtener más contenido.
Shane Wheatcroft es el creador del collage artístico y también un artista plástico con base en Kent, Reino Unido. Si bien este artista había dedicado gran parte de su carrera, fue hasta tiempo después que descubrió su vocación a través de unas revistas viejas. El enfoque de Wheatcroft suele ser desordenado y accidental. Las cosas simplemente suceden en en lienzo. Con la estética vintage y el surrealismo como máximo estandarte, las piezas del británico se muestran en forma de collage. Es de esta manera como a través de recortes antiguos podemos echar un vistazo dentro de la cabeza de personajes casi tan desordenados como el mismo artista. Las obras reflejan un mundo alucinante, donde los cuerpos humanos se convierten en espejos deformantes y escenarios que albergan múltiples historias.
Estética vintage en el collage artístico
Las influencias del collage artístico de Wheatcroft, recorren a Andy Warhol, Linder Sterling, Jamie Reid y también las revistas, libros y catálogos de los años 1945 a 1970. El autor de este estilo se dice encantado por los colores y técnicas de impresión de esa época. Por otro lado no se puede olvidar que esta es una forma muy original de reciclar papel que lleva más de 50 años acumulando polvo. Al observar las obras de Wheatcroft, resulta imposible no pensar en juegos como el cadáver exquisito y corrientes como el dadaísmo. Ninguna de las obras son visualizadas como antelación, aunque si hay algunos elementos que podemos ver constantemente.
La composición de la obra de Wheatcroft
Fascinado por el glamour y lo cotidiano, el collage artístico se construye como si fuera un rompecabezas. El artista normalmente comienza por encontrar el cartel adecuado, de preferencia que muestre a una figura humana en primer plano. Luego es momento de encontrar un fondo para así delinear el interior de la cara. Finalmente viene la adición de detalles como lo pueden ser sofás o mesas que aportan sustancia al espacio. Una vez que se definen los personajes, la historia nace. A menudo Wheatcroft tiene en la mente una canción o fragmentos de ella, eso le da pistas sobre lo que debería llevar su collage.
Uno de los sellos característicos de Wheatcroft, es incluir un ojo humano en todas sus piezas. Al incluir este elemento, el artista lo toma como una forma de devolver dimensión humana a una pieza distorsionada. La fascinante obra de Wheatcroft, se suma a nuestro catálogo sobre artistas con piezas poco usuales. Si quieres leer más sobre uno de ellos, haz clic aquí.
La relación entre arte y fútbol es muy estrecha a lo largo de la historia. Desde sus primeros años, el balompié es un deporte que despierta sensaciones únicas que van ligadas con un sentido de pertenencia, comunidad y el gusto por apreciar el deporte mismo. La pasión desenfrenada en el deporte más popular del mundo, se podría decir que dividió a sus seguidores en dos corrientes: Una constructiva y una destructiva. Esta segunda es producto de una afición cegada por sus colores, algo que los ha llevado a arriesgar su vida y recurrir a la violencia en defensa de su club. Aunque el antecedente histórico se remonta al hooliganismo de Inglaterra, cada país tiene sus propios problemas derivados de conductas antideportivas. Por otro lado, la corriente constructiva es la que dió lugar a la mezcla entre arte y fútbol.
Es evidente que con una millonada de seguidores en todo el planeta, las expresiones artísticas no se harían esperar. Hoy probablemente el recurso más usado para inmortalizar el fútbol, es el audiovisual. Como ejemplo de esto podemos ver a nuestro alcance documentales sobre diferentes equipos. Incluso se ha construido ficción con base en el sistema de competencia, esto lo podemos ver en series como Ted Lasso de Apple TV, o Club de Cuervos en Netflix. Sin embargo para hablar de arte y fútbol, es necesario remitirnos al su lugar de origen y a fechas cercanas a ese suceso. A continuación revisaremos dos obras diferentes que hacen alusión al fútbol inglés y su afición.
Lowry (1887–1976), fue uno de los pintores británicos más populares del siglo XX. Este creador que combina arte y fútbol nació en Old Trafford, Stretford. Un territorio conocido por ser la casa del Manchester United. Sin embargo, el destino hizo que Lowry se hiciera fanático del archirrival Manchester City. Sus lienzos capturan los rituales en la vida de la clase trabajadora. Probablemente el más importante de ello, era correr a un partido de fútbol durante un frío sábado por la noche.
L.S. Lowry, Going to the Match (1923)
William Reginald Howe Browne, Wembley (1923)
Pasamos de Manchester a Londres para hablar del torneo más viejo del mundo, testigo de una gran pieza de arte y fútbol. La construcción del estadio Wembley se completó cuatro días antes de que recibiera la final de la FA Cup entre el Bolton Wanderers y el West Ham United, esto el 28 de abril de 1923. Aunque el espacio para la afición parecía suficiente, fueron miles las personas que abarrotaron el estadio hasta el punto de desbordarse sobre la cancha. Un policía de nombre George Scorey cabalgaba sobre un caballo blanco e intentaba empujar a la afición fuera del terreno de juego. Posteriormente se denominó a este evento como “The White Horse Final”.
William Reginald Howe Browne, Wembley (1923)
Este es el evento que inspiró a William Reginald Howe Brown para realizar una pintura. El caballo blanco cuyo nombre era “Billie”, es un elemento importante que apenas se alcanza a distinguir dentro del archipiélago verde que se forma entre un mar de fanáticos. Había espacio para 127 000, pero miles más llenaron las terrazas y se desparramaron por el campo. El PC George Scorey, montado en “Billie”, empujó suavemente a los fanáticos hacia un lado para que el juego pudiera comenzar; el evento posteriormente se denominó “The White Horse Final”. Billie es virtualmente el centro de la pintura de Browne, en el borde superior de la “más alta” de las islas verdes que forman un archipiélago en medio del mar de abanicos. Bolton ganó 2-0. El gran Wembley antiguo fue demolido en 2003 y reemplazado por uno nuevo. El vínculo entre arte y fútbol es muy extenso y apenas estamos repasando el principio de la historia. Muy pronto podrás leer un capítulo más de esta serie de artículos dedicados a los artistas y el balompié. Mientras tanto te invitamos a leer sobre un artista impresionante, sólo tienes que dar clic aquí.
Continuamos con las referencias artísticas en Los Simpson
Esta es la tercera parte de nuestra serie de textos que abordan las referencias artísticas en la serie amarilla. Al contar con un universo de capítulos, resulta muy difícil hablar de todo el arte en los Simpson en una sola entrega. Si bien hasta ahora nos hemos enfocado en capítulos completos que hacen homenaje al arte en varios momentos, ahora es momento de repasar las referencias aisladas que se hacen en diferentes capítulos. Si quieres empaparte mucho más del mundo del arte en Los Simpson, te invitamos a revisar la parte 1 y parte 2 de esta interesante recopilación. Para esta ocasión estaremos repasando material tanto de la segunda como de la quinta temporada.
Las referencias artísticas en Los Simpson: El tributo escénico.
Durante el capítulo 17 de la segunda temporada, el abuelo Simpson tiene un apasionado romance con Beatrice Simmons, una compañera del asilo. El amor se ve truncado por la muerte repentina de ella. Tras este suceso, el abuelo hereda una importante suma económica y decide donarla a quien más la necesite en Springfield. Uno de los momentos más conmovedores en este episodio, sucede con la tristeza evidente y soledad del abuelo Simpson. De ahí sale una imagen que hace referencia a la obra de Edward Hopper, Nighthawks (1942, Art Institute of Chicago, Chicago, IL, USA)
Pinturas en la Casita del Horror
Algo muy característico dentro de la familia más famosa de la televisión, son sus especiales de noche de brujas que ocurren año con año. Para la temporada 5, el quinto capítulo fue el destinado para este especial. En forma de homenaje a una serie de televisión de terror que lleva por nombre “Night Gallery”, Bart cuenta historias de terror acompañado de diferentes pinturas. Dos en especial son una referencia al trabajo de Vincent Van Gogh y Salvador Dalí.
Uno de los capítulos más memorables de la serie amarilla. Las referencias artísticas de Los Simpson continúan durante el capítulo 18 de la temporada 5, donde un concurso en la radio lleva a Bart a ganarse un elefante. Si bien la historia de este capítulo está dedicada a la conciencia respecto al reino animal, hay un pequeño momento en el que Bart limpia una pintura muy parecida a la obra de Grant Wood, American Gothic (1930, Art Institute of Chicago, Chicago, IL, USA.).
Existen muchas referencias artísticas en Los Simpson, algunas suelen ser muy obvias, mientras otras se elaboran de una forma más compleja a través de tributos escénicos. Recuerda que puedes ver la parte 1 y parte 2 de este tema dando clic en ellas. Para terminar esta publicación es preciso recurrir a las palabras de Bart Simpson en su Guía para la vida.
“Los museos son nuestras salas sagradas de la cultura, pero no les eches eso en cara. Exigen respeto, hombre. Así que la próxima vez que te arrastren a uno de estos viejos basureros polvorientos, recuerda comportarte.”